Tirant, l'heroi fràgil

Tirant lo Blanc es un libro singular, que nos permite muchos interrogantes. No lo entendemos del todo. En gran parte se nos escapa. En lo referentes al género o factura literaria sería claramente una «novela caballeresca», como clasificó el estudioso Martí de Riquer, en oposición al «libro de caballerías». La novela caballeresca representa una innovación importante, una evolución en el sentido de un cierto realismo, de verosimilitud, respecto de la vieja narrativa artúrica. El objetivo del héroe, que finalmente alcanzará, es impedir la caída de Constantinopla en manos de los turcos: impedir la conquista y no reconquistarla, contradiciendo así la realidad histórica, ya que el soldado Mehmed II realmente la había conquistado en mayo de 1453, unos siete a los antes de que Martorell comenzara a escribir la novela y unos once años antes de que muriese. Tirant lo Blanc es un libro de clara vocación europea y mediterránea. Sus escenarios abastan Inglaterra, en menor grado Bretaña y Francia, después las islas de Sicilia y Rodas, el imperio de Constantinopla, los mares y las costas del levante mediterráneo, el reino de Tremissèn y la Barbaria norteafricana. El caballero Joan Martorell hizo discurrir la acción de Tirant en escenarios siempre alejados de su patria. Valencia solo aparece en una digresión sorprendente y extemporánea; a primera vista poco justificada, o nada, para la irrupción de un fraile mercedario llegado al reino de Tremissèn a redimir cautivos valencianos en poder de moros, atraído por la fama del caballero Tirant. Solo porque el personaje es natural «de una ciudad que se llama Valencia».