I morir deu ser deixar d'escriure. Joan Fuster o l'escriptura com a autoretrat en moviment

Cien años después de su nacimiento y treinta después de su muerte, y más allá de las devociones y los odios que ha concitado, la figura de Joan Fuster se impone como la del intelectual más decisivo que ha tenido el País Valenciano en el siglo XX. Más de sesenta libros y de tres mil artículos en la prensa lo advieren. Sin duda, su obra de tema cívico, con libros tan influyentes y discutidos cómo “Nosaltres, els valencians”, ha obligado a posicionarse, a favor y en contra, tanto los sectores políticos como los pensantes de nuestro país, y significa un antes y después en la conciencia y en la reflexión de los valencianos sobre nosotros mismos. Por otro lado, esta es una tesela más de un inmenso mosaico letrado, compuesto por miles de páginas, que incluye la poesía, los dietarios, los aforismos, la crítica, la historia, la traducción, el articulismo que tomaba como tema todo el divino y el humano, examinaba nuestro mundo y decía la suya, desde Sueca, con una tenaz determinación. Considerado por muchos uno de los mejores prosistas de la literatura en catalán, Fuster quiso ser y fue, por encima de todo, un ensayista, un agitador de ideas que quería ofrecer a sus lectores un puñado de indagaciones y propuestas para ser debatidas, con la esperanza que engendraron más indagaciones y más propuestas, y que este debate compartido diera un saldo positivo, de distensión y de progreso. Diversa, dialogante, pugnaz, irónica, a menudo contradictoria, la de Fuster es una figura compleja y poliédrica, y este libro prueba de iluminar algunos aspectos, a partir de una lectura de muchos años.

Enric Vicent Soria Parra (Oliva, 1958) es licenciado de historia por la Universitat de València y se ha ganado la vida como periodista en varios medios de comunicación y ejerciendo de profesor de Humanidades en la Universitat Ramon Llull de Barcelona. El año 2022, fue comisario del Año Fuster en Cataluña. Residente en Barcelona por motivos laborales, el añoro por su ciudad, València, y su gente, es una constante de sus días desde hace 25 años. Ha publicado unos cuantos libros de poemas, libros de ensayo, dietarios, compilaciones de artículos, traducciones y algún estudio vagamente histórico, y se considera escritor, aunque el oficio para el cual tiene auténtica vocación y al cual habría querido dedicarse de pleno es el de lector. Cuando se hace con atención, leer es disentir, y también es compartir, y en el fondo amar. En todo caso, mientras leía a Fuster, el autor de este libro se ha sentido siempre en buena compañía.