La fi de la dinastia catalana. Joan I i Martí l'Humà

Ernest Belenguer i Cebrià (València, 1946) es catedrático emérito de Historia Moderna de la Universitat de Barcelona y miembro del Institut d’Estudis Catalans. A lo largo de su carrera ha publicado libros de historia moderna, y después de medieval. Habría que destacar València en la crisi del segle XV (1976), Ferran II ( 1999) o El Imperio Hispánico entre 1479-1665 (1995), como también Jaume I i el seu regnat (2008), Vida i regnat de Pere el Cerimoniós (2015) o Els Trastàmara (2019). Así mismo, ha dirigido obras de síntesis sobre territorios de la Corona de Aragón y sus reinos como son la Història del País Valencià (6 volúmenes), la Història de les Illes Balears (2 volúmenes, 2004), la Història d’Andorra (2005) y la Història de la Corona d’Aragó (2 volúmenes, 2007). Al final, Ernest Belenguer es un historiador de amplio recorrido polivalente.

Si se da un vistazo a los últimos libros que ha escrito Ernest Belenguer podrá comprobarse que hay un vacío entre el final del reinado de Pedro el Ceremonioso (1387) y el comienzo de los Trastámara desde 1412. Son en 1387-1410, en los cuales reinaron los hijos del rey Ceremonioso: Juan I y Martín el Humano. Este libro trata precisamente de esto, de una época que hasta cierto punto tiene más de una investigación —mucha más Martí que no Joan—, pero ninguna obra de síntesis con disparos muy modernos. Su estudio permite darse cuenta de las diferencias entre el primer hermano, denominado eufemísticamente «el descuidado», y el segundo, que intentó arreglar todos los desastres anteriores sin conseguirlo. Y permite más cosas, como por ejemplo ver la situación social, económica e institucional de los varios reinos que constituían la llamada posteriormente Corona de Aragón. Pero la mala gestión de Juan I o las rectificaciones de esta por Martín el Humano sirvieron de muy poco. La muerte acabó con más de un niño que habría continuado la dinastía. No en balde, Martí lo Joven murió en Cerdeña sin esperarlo nadie y el único hijo que tenía, Frederic, era bastardo. En realidad, era la razón menos válida para no escogerlo, puesto que años antes bastardos habían sido los Trastámara y los Aviso portugueses. El que pasa, y así se llama, es que Frederic tenía siete años. El padre había muerto en 1409, el abuelo en 1410 y la madre siciliana no era nadie en la corte. Efectivamente, en 1410 se producía el fin de la dinastía catalana.