Virgilio. Virgili Batlle Vallmajó: la radicailtat estètica d'un pintor català anarcosindicalista exiliat a Tolosa

2011, 152 pp.

Catálogo de la exposición, comisariado por el historiador del arte Narcís Selles en el Museo Memorial del Exilio que recupera la figura del pintor olotino Virgili Batlle Vallmajó (1915-1947) vinculado al movimiento libertario que produjo toda su obra conocida en tierras de Francia. Virgili Batlle sufrió las penalidades del exilio, pero la experiencia del éxodo le dio la oportunidad de conocer nuevas corrientes estéticas presentes en la tierra de acogida y de las cuales posiblemente nunca habría tenido noticia si se hubiese quedado en su país de origen. Unas corrientes que inspiraron su obra como pintor, la cual nunca pretendió dar un testimonio directo de las vivencias dramáticas que sufrió como expatriado, sino que, frente a la miseria y las penalidades cotidianas, optó por crear un mundo plástico hecho de orden, pureza e idealidad. De todos los autores refugiados que acabaron instalándose en Toulouse de Languedoc, salvo los que vivían allí desde hacía tiempo, y también de los artistas que no eren originarios de allí, Virgili fue el que llegó más lejos en el terreno de la investigación plástica. Y también fue de los más discretos a la hora de mostrar públicamente su obra. Bajo la inspiración del arte concreto y de las vanguardias constructivistas y neoplásticas, Virgili Batlle se convirtió en uno de los primeros artistas nacido en el Estado español en llevar la abstracción geométrica a una esencialidad extrema. Sus pinturas más interesantes aspiran a construir un universo primordial de formas y colores, las cuales pugnan la accidentalidad pesada de una cotidianidad repleta de apremios, sinrazones y sufrimientos. Unas obras en que la construcción de una nueva realidad estética podría interpretarse como la expresión simbólica de una voluntad utópica, de una aspiración a una sociedad alternativa.