Nacionalisme i modernitat

1999, 194 pp.

Reivindicar que el nacionalismo es el sistema cultural dominante generador de orden en nuestra sociedad “moderna” (y consiguientemente el equivalente funcional de las grandes religiones trascendentes) es, quizá, la idea fundamental de “Nacionalisme i modernitat”. Como el nacionalismo representa el marco cultural de la modernidad, el medio cognitivo que da forma a la manera como percibimos la realidad, está necesariamente relacionado con nuestra construcción de sus aspectos sociales, políticos y culturales en el sentido más estricto. Este punto de vista obviamente contradice la mayoría de la bibliografía que existe sobre nacionalismo en las ciencias sociales, donde, de acuerdo con el paradigma predominante, esta fuerza enorme es vista como un epifenómeno falto de un verdadero impulso propio y que se debe a factores económicos o a alguna causa de naturaleza vagamente psicológica o incluso biológica (los denominados factores “primordiales”). En ambos casos, las causas alegadas y las bases del nacionalismo se consideran independientes de la voluntad humana y, en consecuencia, “objetivas”, “materiales” o “naturales”, lo cual las hace más importantes y más reales que su producto reconocidamente simbólico. El ensayo de la profesora Liah Greenfeld, muy sugerente, indaga esta problemática relacionando el nacionalismo con cuestiones tan fundamentales de nuestra sociedad como la democracia, la competitividad económica, la religión moderna y el valor de la nación.