La nació quebequesa. Futur i passat

2004, 204 pp.

El autor sugiere considerar la sociedad quebequesa no solo dentro de sus relaciones históricas con Francia, en tanto que heredera y dependiente de esta cultura europea, sino también —y quizá en mayor medida— como una colectividad nueva en tanto que resultado de una historia que le es propia, de una experiencia de cuatro siglos en suelo americano que ha conformado una cultura diferente, original. Se trataría, pues, de relativizar la relación con la madre patria francesa, dándole mucha más importancia a las proximidades continentales y relacionando la trayectoria del Quebec con las de otras colectividades del Nuevo Mundo. A una visión demasiado exclusivamente vertical, habría que unir de alguna manera una lateral. Hojeando estas páginas, se ve que están imbuidas de la preocupación de sacar a la luz el pensamiento sobre el Quebec y proveerlo fundamentalmente de una importante dimensión comparativa. El lector también descubrirá en seguida que los problemas que se abordan adquieren un carácter de universalidad: el encontronazo de las etnicidades y la búsqueda de nuevas formas de cohabitación están actualmente en la agenda de todas las sociedades democráticas. En fin, más allá de estas consideraciones, los lectores catalanes, que también pertenecen a una minoría cultural y están familiarizados con los infortunios logados a esta condición, quizá se reconocerán próximos si no emparentados con los quebequeses, estos catalanes de América.