Pàtria i escola. L’Associació Protectora de l’Ensenyança Catalana

1997, Presentación de Josep Termes, 422 pp.

El 1902, como consecuencia y fusión de varios proyectos e iniciativas, nacía la Associació Protectora de l’Ensenyança Catalana (APEC), que a partir del 1918, poco más o menos, alcanza un crecimiento imparable que llega, a pesar de los tropiezos que comportó la Dictadura de Primo de Rivera, hasta el advenimiento de la Guerra Civil. Durante todo este tiempo, la APEC tuvo un único y primordial objetivo: la catalanización de la sociedad catalana desde el ámbito de la enseñanza. Si se quería que el proceso de concienciación nacional de Cataluña, intensificado al inicio del siglo XX con los primeros éxitos políticos, fuese completo, no se podía oviar la vertiente pedagógica: la enseñanza catalana formaba parte, también, del motor de cambio politicocultural que tanto anhelaban los movimientos catalanistas. Es por eso que la APEC se implicó en la sociedad catalana con un espíritu de diálogo y conciliación, más allá de los intereses partidistas. Y, además, lo hizo con un evidente talante de modernidad, es decir, enlazando con la vanguardia de la renovación pedagógica que se producía en Europa. En Pàtria i escola, Lluís Duran estudia, con exhaustividad i rigor, el proceso de implantación de la APEC en la sociedad catalana, una intensa trayectoria que engloba, entre muchas otras cuestiones, la creación de escuelas y de cursos, las relaciones con las instituciones políticas y con los partidos, así como con las otras asociaciones civicoculturales, las campañas de catalanización, etc. Como dice Josep Termes al prólogo, “con este libro, la historia de la Protectora queda definitivamente establecida”.