Nacionalisme

1998, 112 pp.

Nada más polémico que la cuestión de la nación y del nacionalismo. Para unos, las naciones son entidades atemporales, para otros creaciones recientes. Hay quien cree que el nacionalismo es un rasgo de la modernidad, hay quien piensa que ha existido siempre y hay quien lo considera una invención arbitraria. Los últimos conflictos nacionalistas han hecho crecer en la connotación negativa del término, a veces víctima de una generalización insidiosa. Pero la realidad nacional es polimórfica: el nacionalismo es una de las fuerzas configuradoras del mundo contemporáneo, para bien y para mal. Históricamente, ha impulsado el establecimiento de la democracia moderna, basada en la soberanía popular. Tiene, pues, un lado liberador, pero también ha inspirado movimientos autoritarios. En “Nacionalisme”, un ensayo provocativo, Ernest Gellner examina esta problemática, la sitúa en el contexto de su peculiar interpretación de la historia y de una determinada teoría de la cultura, analiza el nacimiento y las raíces del nacionalismo en el paso del mundo agrario a la sociedad industrial, e identifica los vínculos con el Romanticismo. Además, investiga las condiciones en que el nacionalismo puede ser benigno y aquellas en que conduce a la violencia y a la limpieza étnica. Lúcido y a veces polémicos, vehemente pero sin dogmatismo, Gellner sorprende por su capacidad de síntesis y su claridad expositiva, y combina una pluralidad de perspectivas que da un cariz multidisciplinario al ensayo, un rasgo característico de su talante intelectual.